VILLALOBOS – VIÑEDO EN ESTADO SALVAJE

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CARIGNAN SILVESTRE DEL VALLE DE COLCHAGUA

“Nuestra vinificación, lenta y natural en barricas de roble francés, nos permite producir un vino en cantidades controladas y ediciones limitadas, poseedor de grandes condiciones, que sin duda merecen ser apreciadas en toda plenitud”

Villalobos es la bodega familiar del escultor chileno Enrique Villalobos. En 1970 adquirió un viejo viñedo de Carignan plantado en los años 40 y situado a unos 120 m de altitud en Rangilí, en Lolol, en Valle de Colchagua, una región costera de secano, a escasos 30 km del océano Pacífico, un lugar con un clima entre templado y cálido donde la estación seca dura más de medio año pero donde se dan grandes oscilaciones de temperatura entre la noche y el día, con “con cálidos días verano y cortas noches frescas”.

Era un “viñedo silvestre” de unas 4 has con unos 70 años de edad y que desde hacía unos 40 años no había estado manipulado por el hombre, abandonado, sin podas ni conducciones, un lugar salvaje espectacular y atávico donde las parras trepaban y enredaban entre los árboles nativos como maitenes, quillayes, espinos, cueles, rosa mosqueta y zarzas, un lugar lleno de energía que representa una  especie de vuelta a los orígenes cuando las cepas no las manejaba el hombre y, como planta trepadora, convivían enredadas en libertad con el resto de vegetación nativa, “… nuestras vides crecen libremente entre los árboles que trepan para soporte estructural. De hecho, puede encontrarse vides que alcanzan hasta seis metros de alto sobre los árboles”.

Ante la espectacularidad de aquel lugar en medio de la nada, un entorno único en biodiversidad, decidieron instalarse allí cerca en un asentamiento al que llamaron Valle de los Artistas. Las uvas de este viñedo silvestre se las estuvieron comiendo durante muchos años los animales, pero en el 2007 Enrique, su mujer Rita Encina y sus hijos Rolando, Alejandro y Martín, se decidieron a vendimiar la uva y hacer vino con la ayuda de Mathieu Rousseau, un amigo francés de la familia que se ilusionó con el potencial que tenían aquellas parras silvestres. Inicialmente vinificaron de forma totalmente intuitiva generando un vino simple y puro, un vino auténtico que desde siempre ha reflejado aquel especial terruño de arcilla y cuarzo sobre el que crecían libremente las cepas. La primera añada comercializada fue la 2009 de la que apenas elaboraron 3000 botellas. Desde entonces están elaborando espectaculares vinos a partir de este viñedo enredado.

“La inquietud de llegar a la producción de un vino único por sus cualidades y su particular cepa Carignan, casi desaparecida del territorio nacional, dan origen a la bodega Villalobos”

Tras 80 años el cultivo del viñedo ha seguido siendo igual, manteniendo la biodiversidad propia, sin hacer ningún tipo de intervención, de forma orgánica, sin podas y sin conducción de ningún tipo llegando las parras a tener 3 metros de diámetro. Sin riego, como “tinto de rulo”, y sin aplicar productos químicos como pesticidas o herbicidas, dejando que sean las propias cepas las que se regulen en un entorno tan equilibrado, “El entorno único del viñedo es fundamental para mantener las viñas libres de plagas y enfermedades”. La mano del hombre sólo intervienen para hacer la vendimia, un trabajo bastante especial ya que hay que trepar, hay que subirse a escaleras o directamente a hombros de algún forzudo para poder llegar a los racimos que se encuentran en árboles de hasta 4 metros. De la poda se encargan los caballos, quienes campan a sus anchas por el viñedo comiendo los brotes de las cepas que les place y dejando de forma natural los que son necesarios para dar fruto el año siguiente.

“… este campo desea estar alejado de la explotación industrial de monocultivo. Nuestro objetivo es producir vinos anuales que reflejen las condiciones de la temporada y sus cualidades; aprovechando para ello, la particularidad única, orgánica y silvestre de nuestras viejas parras que dan la oportunidad de cosechar uvas de condiciones muy sintonizadas y armonizadas con el sabor y los aromas del campo chileno”.

En la pequeña bodega trabajan de forma igualmente manual y artesanal, la uva no se prensa, sólo se usa el mosto flor extraído por gravedad, fermentando con sus  levaduras autóctonas en pequeños ecotanques de polietileno y madurando los vinos en viejas barricas durante un año. Los embotellados se hacen de forma manual, sin filtrados, con decantación por gravedad, y con muy bajas dosis de SO2.

SUS VINOS EN LA STORE

A nuestra tienda ya es la tercera vez que llegan los vinos de Villalobos desde el año 2014 cuando nos enamoramos y los importamos por primera vez. Para nosotros son vinos esencialmente finos. Son exuberantes en sutiles fragancias silvestres siempre nuevas, de perfil delicado y perfumado pero a la vez muestran algo muy esencial y rústico, una austeridad que los conecta con la tierra, un carácter puro y auténtico que representa todo aquello que nos hace transitar en nuestra admiración por la capacidad que tiene el vino de generar singularidad y emocionarnos.

Actualmente tenemos en la tienda esas referencias:

CARIGNAN RESERVA 2017 – 42,99 €

La Carignan se introdujo hace muchísimos años en Chile para aportar color y cuerpo en mezcla, pero el fruto de este viejo viñedo salvaje de 80 años genera vinos de un perfil delicado y liviano, con poca concentración y delicados taninos, de baja graduación, con apenas 12,5 % vol, y con una equilibrada acidez que lo alarga. De profundos y sutiles aromas a frutos rojos silvestres como moras y cereza y especias picantes, este vino te transportará a un lugar atávico y desconocido dónde se enredan junto a los aromas de la uva otros bonitos y desconocidos como las fragancias balsámicas a los arbustos y árboles nativos de esta región como boldos, zarzamoras y flor de Rosa Mosqueta.

A parte de este vino elaborado con Carignan de este viñedo tan especial, elaboran otros dos vinos con uvas procedentes de otras zonas del Sur de Chile:

ZORRITO SALVAJE CINSAULT + PAÍS 2016 -31,21 €

Vino tinto elaborado con 50% Cinsault procedente del Valle de Itata y un 50% de uva País del Valle del Maule. Son viñedos de secano de 80 años “trabajando con antiguas técnicas de tracción animal sin herbicidas ni pesticidas. Estas características son su condición y su manejo ancestral con los viejos métodos de transferencia de generación en generación. El respeto por la naturaleza y el trabajo campesino, que es a escala humana, dan como resultado una calidad de fruta que es la base de un buen vino”.

Vinificación natural con sus levaduras nativas en un tanque de acero inoxidable. Se embotelló sin filtrado ni clarificación, a partir de una decantación por gravedad, y con una dosis pequeña de sulfuroso. Es igualmente un vino tinto delicado y fresco, con apenas 13% vol. de alcohol es un vino muy fácil de beber, con un tanino redondo y aterciopelado y con sutiles aromas silvestres a bayas rojas y flores.

LOBO 2014 – 31,21 €

En el 2014 decidieron empezar a elaborar otro vino con la variedad Carmenere que provienen de un viñedo de secano de 20 años sobre suelos arcillosos y cargados de cuarzo. Este vino tinto es ya un vino más directo, más energético y texturado, con notas frutales a cerezas maduras y maceradas, a especias y hierbas y un recuerdo final a chocolate amargo.

No dejes de probar los vinos de Villalobos porque te harán viajar directamente a la costa chilena a través de un montón de sutiles aromas que nunca antes habías encontrado en un vino.

Todos estos vinos puedes encontrarlos en nuestra tienda de la calle Diputació, 251 08007 BCN, ven a vernos o nos llamas al T + 34 934874002

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