CLUB 70 SUPER CYCLO MAYO 2020

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IL ROCCOLO DI MONTICELLI CINCIALLEGRA FRIZZANTE 2018

SAN BRICCINO / MONTICELLI / VERONA / ITALIA
VALLE DE MEZZANE

Silvia Tezza y su familia cultivan sus viñedos en San Briccio, en la localidad de Monticelli, en las estribaciones del valle de Mezzane, provincia de Verona. Este Valle de Mezzane es una zona véneta famosa por los vinos de Valpolicella y Soave y siempre se ha considerado un territorio eminentemente agrícola y muy fértil ya que atesora infinidad de ríos y riachuelos.

UOMO-TERRITORIO-VINO

Tras estudiar ciencias agrícolas y con la intención de recuperar los vinos sencillos y artesanales del pasado de su región, Silvia empezó a cultivar de nuevo las 4,5 hectáreas de viñedos familiares que estaban abandonados. Son viñedos que se habían plantado en las décadas 1960-1970 con las variedades locales blancas Garganega y Trebbiano di Soave y las tintas Corvina, Corvinone, Rondinella y Oseleta, parte de estas últimas variedades tintas plantadas más recientemente por ella.

En esta área del noreste de Italia el clima es bastante templado y húmedo por la barrera natural contra el frío que conforman al Norte las montañas Lessini y los Dolomitas, y la influencia del agua que generan el gran lago de Garda al Oeste y el mar Adriático desde el Sur. Los viñedos se encuentran en terrazas a unos 180 metros de altitud, en una suave colina con una gran biodiversidad natural entre olivos centenarios, árboles frutales y hierbas de monte. Están conducidos con el sistema de Pergoletta Veronese, un sistema que eleva la planta evitando enfermedades de origen fúngico producidas por la humedad, a la vez que permite mayor exposición solar y genera bajos rendimientos en suelos fértiles.

SUELOS CALCÁREOS: BIANCONE & SCAGLIA ROSSA VENETA

Las parcelas se encuentran en las suaves colinas que van de Verona a Soave, colinas con con una mezcolanza de suelos, principalmente suelos calcáreos compuestos de afloramientos rocosos de origen marino originados en el Cretáceo Superior.

Aparecen dos tipos; el llamado “Biancone”, que es roca marmórea de color blanco y muy compacta, formada a partir de rocas de carbonato cálcico, que, sometidas a elevadas temperaturas y presiones, alcanzan un alto grado de cristalización y se convierten en rocas metamórficas. Y otro tipo de roca de origen sedimentario calcáreo que aparece es la llamada “Scaglia rossa veneta”, una marga formada por capas que puede alcanzar más de 100 m de espesor y con una coloración roja producida por la dispersión en la masa calcárea de óxido de hierro, un tipo de suelo generalizado a lo largo de los Apeninos. Los dos tipos son suelos pobres que tienen una buena capacidad de drenaje, garantizando así a las raíces de las cepas la humedad justa, a la vez que contribuyen aportando frescura, verticalidad y mineralidad de los vinos.

VIGNAIOLI ARTIGIANI

Para conseguir un entorno natural equilibrado en la viña Silvia hace un cultivo biodinámico sin productos químicos ni maquinaria, utilizando algunos métodos tradicionales de cultivo como la cubierta vegetal nativa, usando solo cantidades mínimas de cobre y azufre, fertilizando la tierra con compost de producción propia y vendimiando a mano, haciendo una exhaustiva selección, procesos dedicados y delicados que permitan cuidar las vides y que la naturaleza siga su curso de forma equilibrada y sanadora.

¿CON QUÉ, CÓMO Y CUÁNDO LO BEBO?

Este mes de mayo Super Cyclo te envía su vino más fresco y jugoso del que hace unas 4.500 botellas, un vino blanco frizzante llamado Cinciallegra. Está hecho con uvas de la añada 2018 vendimiadas a principios de septiembre de las variedades Garganega y Trebbiano di Soave. La mayoría del la uva se prensó de forma directa y el mosto fermentó con sus levaduras salvajes en un depósito de acero inoxidable, sin control de temperatura. Una pequeña parte de la vendimia permaneció en contacto con las pieles durante dos semanas. Una vez el vino estuvo elaborado y conservado junto a las lías finas y sin agitar (lo que en Italia nombran en las etiquetas «sui lieviti»), se hizo refermentar de nuevo en la botella añadiendo mosto de las mismas uvas congeladas durante la vendimia y esperando a que en primavera la segunda fermentación se de de forma espontánea con la llegada del calor. En ningún momento de la elaboración el vino se filtró ni se clarificó, ni se añadió sulfuroso y tampoco se degolló, lo que llaman “col fondo”, ya que permanece en la botella junto a las lías, por lo que es turbio y tienen un ligero postgusto amargo. El resultado de esta elaboración es un vino espumoso hermanado con el estilo de espumosos llamados ancestrales, pero, en este caso, no están hechos con una sola fermentación, sino que están producidos con el tradicional «método familiar» italiano basado en refermentar levemente los vinos en la botella conservando una presión de carbónico baja por debajo de 2.5 bar y un también bajo contenido en alcohol (10,5 % vol), una característica que los hace igual que al resto de los llamados pét-nats muy afrutados, jugosos y bebibles.

Es un espumoso blanco delicado y alegre. En la boca se muestra sápido inicialmente y persistente al final, con una sensación de gas carbónico delicada y refrescante. Es bonito en aromas a piel de naranja, melocotón de viña y albaricoque, con notas a flores silvestres como violetas, a levaduras y cebada dulce, con un final salino, algo amargo y balsámico. Bébelo fresco sobre los 10-12ºC en copas grandes de estilo vertical. Por su bajo contenido en alcohol (10,5 % vol) es perfecto para tomar solo como aperitivo, pero si quieres combinarlo con comida, lo puedes emparejar con muchísimos alimentos y platos, desde ensaladas y platos ricos de verduras, pescado y marisco como un típico “risotto di pesce con capesante” veronés (arroz con pescado y mariscos), hasta platos de carne de ave y carne de cerdo. El maridaje perfecto serán unas Sarde in saor (sardinas maceradas en vinagre con cebolla) de Venecia…

PICCOLO PODERE DEL CEPPAIOLO CEPPARÚ 2018

BASTIA / UMBRA / PERUGIA / ITALIA

Piccolo Podere del Ceppaiolo es un pequeño viñedo de 4 hileras de cepas sobre suelo calcáreo que ocupan un poco más de media hectárea situado en Umbria, un viñedo que rescataron recientemente dos enólogos llamados Danilo Marcucci y Riccardo Pennaforti para proteger uno de los viñedos más antiguos de su tierra natal tras descubrir que esas viejas vides tenían más de 70 años. El sistema de conducción es el antiguo de la región llamado Palmetta en dos niveles con un doble guyot, un sistema que genera altas y gruesas vides. Recientemente también han plantado un viñedo de menos de 1 hectárea con variedades tintas tradicionales en la zona como son Canaiolo, Sangiovese, Vernaccia y Sagrantino. El trabajo de recuperación de las cepas es manual y orgánico respetando los ritmos de la naturaleza, fertilizando el suelo con estiércol de vaca y preservando las plantas ante las enfermedades con dosis mínimas de cobre y azufre de origen mineral.

La bodega es poco más que un cobertizo de piedra sin luz, ni gas, ni lavabo ni nada… un lugar donde se conserva todo el equipo de vinificación original de los años 1950, unos utensilios, como una pequeña y antiquísima prensa vertical, que Danilo y Riccardo continúan utilizando junto a un par de tanques de resina, una pequeña tina de cemento, dos barricas de madera muy vieja y algunas damajuanas. Se vinifica muy poca cantidad de uva de forma totalmente simple y manual, las fermentaciones se hacen de forma espontánea con las levaduras autóctonas y sin control de temperatura y los vinos se embotellan sin filtración, clarificación ni adición de sulfitos, una intervención mínima que hace que esta elaboración se convierta en algo así como un “laboratorio” rudimentario para la experimentación incesantemente que hace Danilo sobre el vino natural.

Danilo es un apasionado del vino artesanal que se ha convertido en un referente en el vino natural italiano. Con su trabajo ha ayudado a muchos pequeños productores italianos con mucho potencial a transformar sus bodegas para poder elaborar vinos identitarios de calidad y poder venderlos bien y vivir de este oficio. Primero lo hizo en el Trentino con los vinos espumosos de Matteo Furlani, luego fue a Abruzzo y ayudó a Iole Rabasco, y finalmente se instaló en Umbría, su tierra natal, una región interior agrícola y aislada de la modernidad gobernada por el río Tíber y los monasterios. Allí colabora con bodegas como Collecapretta de Mattioli o Giovanni Battista Mesina, es allí donde puso en marcha en el 2015 su propio proyecto familiar A.A. Della Staffa. También es allí donde experimenta en este minúsculo Podere de Ceppaiolo al que Danilo describe como ‘lugar feliz … donde vengo en mi tiempo libre para estar solo y hacer el vino a mi manera ‘.

¿CON QUÉ, CÓMO Y CUÁNDO LO BEBO?

Las variedades que hay plantadas son muy antiguas en la región como Trubiano (Trebbiano Dorato), Malvasia Bianca, Grechetto y algunas ya casi desaparecidas como Fumaiola (emparentada con la Verdicchio), Uva Pecora y San Colombana. Este vino clarete Cepparú de la añada 2018 que te manda Super Cyclo, resume a la perfección la voluntad de esencialidad y sencillez natural sin compromiso comercial con la que Danilo experimenta en este Podere, comenta que “… no estoy interesado en el envejecimiento del vino, si un vino está lleno de sulfitos, por supuesto que puede envejecer, pero en realidad no está envejeciendo, está momificado…” Está elaborado con las cepas tintas Sangiovese y Alicante y las blancas Malvasia, Trebbiano co-fermentadas de forma natural. Es vital y sencillo, de apenas 11.5%, de perfil rosado-tinto ligero, perfecto para acompañar embutidos, pizza y platos de pasta como unos Strascinati de Cascia .

TINTA TINTO PINOT NOIR 2017

ALGARROBO / CASABLANCA / VALLE CENTRAL / CHILE

Vinos del Litoral Central chileno

“Vino garage, sin aditivos ni intervenciones, sin filtrar. Vino libre”

La bodega llamada Tinta Tinto es un pequeño proyecto vitivinícola independiente y familiar que Roberto Carrancá y Javiera Fuentes pusieron en marcha en el 2015 tras cinco años haciendo vino de manera experimental en el garaje de su casa en Casablanca, al sur de Valparaíso. Forman parte de la pequeña pero muy significativa revolución de autenticidad que se está dando en el mundo del vino chileno en la que cada vez más personas deciden volver a cultivar y producir vino a una escala más humana y consciente.

Roberto había trabajado “exitosamente” para una corporación multinacional (Viña Indómita) produciendo vino a gran escala, un tipo de aspiración industrializada con la que no se sentía vinculado. Transformaron ese garaje de casa en una pequeña bodega y empezaron a hacer vino como medio de subsistencia pero ya lejos de la tecnología de la industria enológica. En Tinta Tinto todos los procesos de hacen a mano, desde el cultivo hasta las etiquetas que se escriben e imprimen a mano.

En Tinta Tinto nos dedicamos a hacer vinos en familia y de manera totalmente artesanal. Nuestra visión es promover un sistema armónico de subsistencia donde no exista consumo de energía ni combustible. Los vinos se hacen a la intemperie a orillas del Pacífico, en el balneario de Algarrobo, expuestos a todas las inclemencias y benevolencias climáticas provocadas por la corriente de Humboldt

Actualmente han comprado 4 ha de viñedos en Las Dichas, en Algarrobo, “Litoral de los Poetas”, en la costa del Valle de Casablanca, viñedos a escasos kilómetros de la costa refrescados por una gran influencia oceánica, especialmente por los vientos fríos y las nieblas matinales que genera la corriente Humboldt. Hasta ahora las uvas con las que producen los vinos las obtienen de amigos viñateros de confianza que trabajan con la misma filosofía de equilibrio natural, artesanía y autenticidad. Son uvas de Pinot Noir y Syrah procedentes del mismo Valle de Casablanca y también Cabernet Sauvignon del Valle del Maipo. “Pasamos un buen rato con ellos estableciendo una relación de amistad y gran compromiso. Optamos por ellos porque sus viñedos son excelentes, el mejor terruño y manejo ”.

Producen unas 6000 botellas al año y lo hacen siguiendo el mismo trabajo sencillo que se ha hecho en el viñedo, aplicando todos sus conocimientos enológicos modernos pero sólo para poder vinificar mejor según las técnicas de vinificación chilenas más ancestrales; despalillando los racimos a mano, fermentando los mostos con sus levaduras indígenas y sin control de temperatura en pequeños depósitos, envejeciendo los vinos en barricas viejas en la bodega cerca del mar… todo sin maquinaria eléctrica, haciendo todos los procesos a mano, dejando a los vinos hacer su ciclo, sin añadir productos, sin clarificaciones, sin filtrados… con ello consiguen vinos energéticos y vivos llenos de extracto y sentido del lugar.

¿CON QUÉ, CÓMO Y CUÁNDO LO BEBO?

Este vino que te envía Super Cyclo es lo que Roberto llama un “tinto orillero” con todo el carácter del litoral central del Pacífico chileno! Pinot Noir de unos viñedos de Casablanca con orientación norte plantados en 2007, con suelos graníticos y a unos 200 metros de altitud. Está laborado con una maceración semicarbónica con sus levaduras indígenas y posteriormente criado durante 9 meses en viejas pipas de madera. Es un vino texturado y jugoso, de medio cuerpo, ágil, fresco y vibrante, de taninos muy suaves y de una bonita e intensa frutosidad con notas a frutos rojos silvestres, flores, hierba fresca, especias picantes y tierra de bosque. Un vino que podrás disfrutar estos días de calor algo fresco, sobre los 14-16 ºC en copas grandes de estilo Borgoña. Tómalo emparejado con platos y alimentos no muy intensos como unas berenjenas asadas o una pasta son setas, y resultará perfecto en alguna barbacoa al solecito con verduras y carne asadas a la parrilla.

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