CANTINA GIARDINO

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Ariano Irpino / Avellino / Irpinia / Campania / Italia

Siamo Vignaioli liberi per cui non ci chiedete di entrare in una classificazione!

Al frente de Cantina Giardino están Antonio Di Gruttola y Daniela De Gruttola, considerados pioneros del movimiento del vino natural en Italia, quienes desde el año 1997 buscan, cultivan y recuperan viejos viñedos en la provincia de Irpinia, una de las más bellas de Italia situada en lo alto de las colinas de la región montañosa de Campania.

La empresa nació gracias al apoyo de un grupo de amigos que creyeron en el proyecto y en la habilidad de Antonio como técnico del equipo para desarrollar un profundo trabajo de cultura agraria para defender y preservar no sólo las variedades autóctonas de la región, si no que también las cepas viejas que están en peligro de ser arrancadas por la presión inmobiliaria. Además, con su cultivo tradicional sin agrotóxicos y su forma de vinificar artesanal, conservan además las tradiciones vitivinícolas más ancestrales de esta región al sur de Italia.

Actualmente la bodega está formada, aparte de por Antonio y Daniela, por los socios y trabajadores Davide de Gruttola, Luca De Lisio (responsable del viñedo), Raffaele Miano, Rocco Volpe, Pasquale Giardino, Antonio Corsano y Nadia di Gruttola.

“Siamo una cantina che dal 2003 produce vini comunemente definiti “naturali”, usando uve di vitigni autoctoni, da vigne storiche, nel cuore dell’Irpinia, culla dell’Aglianico, del Fiano e del Greco”

La región de la Campania está situada en la parte meridional de Italia y se extiende por la vertiente del mar Tirreno. El territorio de Irpinia, en los Apeninos, es en gran parte muy montañoso, compuesto por un sinfín de valles y colinas que forman una topografía predominantemente de caliza kárstica por la acción modeladora del agua. Allí se encuentra la bodega de Cantina Giardino, en el pueblo de Ariano Irpino.

Las parcelas que cultivan suman unas 7 ha. Son la mayoría cepas muy viejas, algunas centenarias, y están conducidas con el sistema elevado con una marquesina llamado “Tendone”, un sistema expandido muy utilizado en el sur de Italia. Se encuentran en altitud, sobre los 700 metros, por lo que pueden llegar a ser lugares muy fríos. Las parcelas se distribuyen en todas las zonas vitivinícolas históricas de la región como son Taurasi (viñedos Paternopoli y Montemarano), Santa Paolina o Lapio, por lo que hay una diversificación de suelos, aunque principalmente se trata de suelos calcáreos de “tufo”, formaciones calcáreas tobáceas que son rocas muy  friables compuestas en gran parte por carbonato de calcio muy presentes en el centro y sur de Italia.

Todo el trabajo en el viñedo se realiza a mano, de forma orgánica sin agroquímicos, una combinación de mimo en el cultivo y unos rendimientos muy bajos que da como resultado una fruta sana y llena de terruño con la que pueden elaborar vinos singulares de gran calidad.

“Avevamo cominciato a vinificare (sperimentando) senza il ricorso alle biotecnologie”

En la bodega el trabajo prosigue de esta misma forma poco intervencionista y delicada, sin utilizar biotecnología, sin utilizar ni tecnología ni insumos en la vinificación, respetando al máximo la identidad de cada parcela. Todos los procesos se hacen de forma artesanal, así las uvas fermentan de forma natural con sus propias levaduras, sin nutrientes y sin control de temperatura, con maceraciones más o menos largas dependiendo del vino. Los vinos fermentan y maduran en una combinación de tinajas de terracota, depósitos de cemento y grandes toneles de maderas viejas y se embotellan sin filtrar, sin clarificar y sin ningún añadido, tampoco anhídrido sulfuroso. PURA UVA. PURA ENERGÍA.

Para ellos la utilización de tinajas de terracota es muy importante para mantener el carácter del territorio en los vinos, por eso el artesano Brancaterra creó con la arcilla de los viñedos diversas tinajas donde los vinos maceran con las pieles durante meses mientras fermentan de forma natural sin productos enológicos y sin control de temperatura. Para la vinificación de vinos más frescos con unas maceraciones más cortas de pocos días, trabajan con tinajas de gres de 1000 litros, tinajas donde los vinos envejecen durante 10/12 meses.

“…la nostra non era passione dettata dalla moda, il vino ci piaceva e ci piace tuttora ed è parte fondamentale del nostro stile di vita. In un certo senso abbiamo costruito tutto attorno a questo”

Tras años de experimentación, en el año 2003 empezaron a comercializar sus vinos. Aglianico es la uva tinta que cultivan, y las variedades Fiano, Greco, Falanghina y Coda di Volpe bianca son las blancas. Sus vinos son realmente fantásticos, llenos de vitalidad y sol, vinos que manteniendo el frescor y la parte crujiente y más sabrosa de la fruta, se muestran complejos y profundos, con infinidad de estratos, energéticos, ricos en pulpa, con taninos marcados y un largo postgusto mineral y salino.

LOS VINOS EN MÓN VÍNIC STORE

A Món Vínic Store en abril llegaron algunos de sus vinos:

La colección de los tres vinos NA TU RE – los han elaborado mezclando varias uvas y vinificaciones sencillas con una corta maceración con las pieles y una posterior crianza en foudres grandes durante 7 meses. Son vinos llenos de sol y textura, con una bonita fragancia a frutas, a mar y garriga mediterránea. Pura fruta crujiente y fresca. BIANCO NA, ROSATO TU Y ROSSO RE.

FRA BIANCO 2019Campania Falanghina IGP – La Falanghina es una variedad muy antigua cultivada tradicionalmente en la costa de Campania. La de este vino procede de una parcela situada a unos 400 metros de altitud, con cepas de treinta años y con suelos de tipo volcánico al oeste de Benevento, parte del macizo de los Apeninos llamado Taburno Camposauro. El mosto estuvo macerando durante cuatro días en contacto con los pieles. Tras la fermentación alcohólica el vino permaneció 10 meses en un botte de madera de castaño. Es un vino blanco energético y matérico, de un color dorado intenso. Expresa aromas envolventes a fruta amarilla, cítricos y hierbas aromáticas, con notas salinas, yodadas y minerales.

PASKI 2019 – está elaborado con la variedad Coda di Volpe de una parcela cpon cepas de setenta años situada en Paternopoli y Montemarano, a 450 m sobre el nivel del mar. Se vinificó con cuatro días en contacto con las pieles y una crianza en botti de castaño durante un año.

GAIA 2019 – está elaborado con uva Fiano procedente de un viejo viñedo de más de 90 años situado en Lapio a unos 500 metros de altuitud sobre el nivel del mar. El mosto estuvo cuatro días en contacto con hollejos durante la fermentación alcohólica y luego se mantuvo un año madurando junto a sus lías en grandes y viejas tinas de castaño. Es un vino blanco con aromas complejos a fruta blanca, hierba, especias y miel, con una boca potente y texturizada. Gran vino de guarda.

T’ARA RÀ 2019 Campania Bianco – Vino blanco vinificado con uva Greco de uno de los viñedos más altos y fríos de la región situado a 650 metros sobre el nivel del mar. El mosto pasó cuatro días macerando con los hollejos. Tras la fermentación espontánea, el vino ha estado criando un año en viejas barricas de castaño. Es un vino blanco sabroso y energético, con una hermosa fragancia a fruta mediterránea, una estructura tánica marcada y un pronunciado postgusto ahumado y mineral.

CHIANZANO 2018 – Para este vino la mezcla es dos tercios uva Coda di Volpe y un tercio de uva Greco procedentes de un viñedo situado en Montemarano a unos 450 metros sobre el nivel del mar. El mosto estuvo cinco días en contacto con las pieles durante la fermentación natural y después pasó 18 meses madurando parte en barricas viejas de castaño y parte en tinajas de terracota. Es un vino blanco sorprendente lleno de fruta crujiente y una nariz preciosa con fragancias a naranja sanguina y hierba fresca. El final de boca te deja un agradable amargor.

Todos estos vinos puedes encontrarlos en nuestra tienda de la calle Diputació, 251 08007 BCN, ven a vernos o nos llamas al T. 934874002

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