Randazzo / Etna / Catania / Sicilia / Italia
Calabretta forma parte de esas pequeñas bodegas significativas en el redescubrimiento que se da desde hace unos años de la región siciliana del Etna como territorio destacado en la producción de vinos artesanales de gran calidad. Una suerte de resurrección que se da tras años de olvido, un olvido que, por otro lado, ha permitido que se haya mantenido intacto un importante patrimonio de tradicionales y formas locales de cultivar y elaborar vino. Durante años, la familia de viñateros Calabretta vendió a granel el vino que hacían al norte de Catania, lo hacían sin embotellar, en barriles, y directamente a restaurantes y particulares. Por suerte para nosotros, en los años 90, la tercera y cuarta generación, Massimo y su hijo Massimiliano, decidieron embotellar el vino para poder mantener viva y hacer llegar a más gente la historia de su familia y de ese singular territorio.
“IL MAGMA NELL’ANIMA”
La región del Etna es un lugar influenciado por el gran volcán activo de más de 3.000 m de altitud. Aún así, muestra una gran heterogeneidad en cuanto a terruños y parcelas ya que cuenta con gran variedad de tipos de suelos, de exposiciones, de microclimas y de alturas. Los suelos volcánicos son los predominan en toda la zona, pero hay una gran variabilidad de texturas según la composición de la lava que forma, lo que ellos llaman, el suelo «ripiddu».
Questa diversità “tettonica” ha originato suoli con eterogenee caratteristiche fisico/chimiche che, unitamente a differenti quote altimetriche (da 600 a 1000 m) ed esposizioni al sole, ha dato vita a “contrade viticole” con caratteristiche pedo-climatiche non uniformi e che generano vini dalle marcate particolarità organolettiche
Desde la década de 1990, Massimo y Massimiliano, padre e hijo, han cultivado sus propias pequeñas parcelas de vides situadas en las laderas de la parte norte del Etna, algunas de gran calidad como Passopisciaro, Calderara y Solicchiata. Son 7 hectáreas de parcelas con plantas de diversas edades, algunas centenarias y sin injertar, cepas de las antiguas variedades sicilianas Nerello Mascalese y Nerello Cappuccio conducidas con la tradicional poda en vaso llamada “alberello”, un sistema libre de poda que se ha utilizado de forma tradicional especialmente en Sicilia y que permite que la savia de la planta circule mejor y así obtener fruta de más calidad y rendimientos más bajos, un sistema de poda muy laborioso que, a causa de la imposibilidad de mecanizar el cultivo y la vendimia, poco a poco se ha ido perdiendo su utilización en las nuevas plantaciones. Por suerte, hoy en día algunos pequeños productores, como la familia Calabretta, lo recuperan y mantienen.
Sus viñedos están ubicados en terrazas sostenidas por muros de piedra seca, muros muy antiguos que ellos reforman manualmente año tras año. El trabajo que hacen en el campo sigue las formas tradicionales y sencillas de la viticultura centenaria del Etna, de forma orgánica, sin productos químicos y haciendo todas las labores a mano con la azada. Este tipo de cultivo regenerativo, junto a la altitud de los viñedos, que está sobre los 700-800 m, y el viento constante, facilita la salud de las cepas y la lucha natural contra las posibles enfermedades, por eso en el campo solo han de hacer unos pocos tratamientos de superficie con azufre y sulfato de cobre.
La vendimia se da tardíamente a mediados de octubre, un momento en el que el fruto, que ha madurado muy lentamente, está en su madurez fenólica perfecta. Esta vendimia tan tardía en un clima mediterráneo y en una latitud tan sur la consiguen por diversos factores: el más significativo es la influencia de la “terra nera” volcánica, un tipo de suelo que permite que sólo se caliente la superficie pero no sucede así con el interior de la tierra, que se mantiene fresca y húmeda durante el período de maduración del fruto. También hay que sumar otras condiciones de la región como la gran oscilación de térmica entre el día y la noche, las precipitaciones habituales y la influencia de un viento regular que enfría las plantas. Con todas estas condiciones, los buenos viñateros del Etna consiguen, en un clima tan caluroso y con una alta radiación solar, hacer vinos de perfil fresco y perfilado
Las vinificaciones se hacen en el pueblo de Randazzo donde tienen la bodega subterránea con varios niveles excavados en la roca de lava, una ubicación que permite condiciones ideales y totalmente naturales de temperatura y humedad. El trabajo en la bodega se basa en la simplicidad y en la manera tradicional de vinificar de la región, un tipo de vinificación utilizada para preservar las características varietales de las uvas y el carácter volcánico del territorio. Los vinos se fermentan de forma natural con las levaduras indígenas en pequeños depósitos de acero inoxidable y con cortas maceraciones con las pieles, de apenas 5-7 días. Luego pasan a madurar en barricas y grandes botti de madera muy vieja de roble eslavo que les permiten hacer largas crianzas, algunas de más de 10 años, como se hacían en el pasado, consiguiendo a través de una lenta polimerización una precipitación natural de las lías y los tartratos, afinando así los vinos. Los vinos se embotellan sin clarificación y con una pequeña adición de SO2. Todos sus vinos son de cuerpo medio, ágiles y dinámicos, vertebrados por una acidez particularmente vibrante y energética que les aporta un perfil acerbo y alargado, un perfil fino recubierto por la singular mineralidad volcánica que regala el Etna al vino de la región.
LOS VINOS EN LA STORE
Calabretta Terre Siciliane Cala Cala Bianco 2018 – 18,85 € – es un vino blanco jugoso y sápido elaborado con la variedad de uva Grillo. La vinificación se hizo con un prensado directo de los racimos enteros. Tras la fermentación con las levaduras indígenas, el vino permaneció estabilizándose de forma natural 6 meses en un tanque de acero inoxidable. Vino blanco de carácter afrutado y ligero, de aromas a fruta blanca y amarilla y hierba de monte, con un perfil algo austero y salino que le aporta complejidad e identidad.
Calabretta Cala Cala Rosso – vino rosso tavola – 17,84 € – Cala Cala significa «Gulp, Gulp», que es probablemente la mejor manera de describir este vino ya que es uno de sus vinos más frescos y fluidos que elaboran. Está hecho con uva de las variedades Nerello Mascalese en un 95% y Nerello Cappuccio el 5% procedente de las varias parcelas alrededor del volcán que posee Calabretta, a unos 750 m de altitud y con exposiciones variadas. Parte de la composición de este vino son vinos de guarda hechos a partir de viñedos viejos, vinos desde el año 2005 envejecidos en los grandes botti, y la otra parte son vinos más jóvenes, de dos o tres añadas, hechos a partir de las cepas más jóvenes, vinos que han permanecido un corto tiempo en tinas de acero inoxidable. Es un vino mezcla de añadas y de estilos que es una representación sencilla y auténtica de todo el territorio y la manera de hacer de ellos. Con apenas 13.5% vol de alcohol, se muestra profundo y superficial a la vez, austero y delicado, suave y algo tánico… una locura de autenticidad con aromas a tierra, humo y pedernal, aromas que a ratos están por encima de los afrutados y florales que se muestran más tímidos y complejos. Un vino necesario para entender cómo son los vinos de este lugar de mar, calor y frescos suelos volcánicos.
Calabretta Vino Rosso Gaio Gaio 2018 – 18,85 € – este vino de vigorizante frescura está producido con uvas de los viñedos más jóvenes de la variedad tinta Nerello Mascalese y una pequeña parte de las cepas blancas antiguas de la región llamadas Carricante y Minnella. La uva se despalilló y se prensó suavemente. La fermentación alcohólica se dio conjuntamente de forma espontánea en depósitos de acero inoxidable con una maceración durante 7 días. Después el vino pasó a madurar y a hacer la transformación maloláctica en barricas de roble. Es un vino tinto de 12,5% vol de alcohol de carácter jugoso y fácil de beber, con sabor y fragancia de fruta roja, garriga mediterránea, cuero, pedernal y matices especiados.
Calabretta Terre Siciliane Elisir 2018 – 22,45 € está elaborado 100% con uva Nerello Mascalese. La fermentación se hizo con con uva entera pero sin raspón, es decir, una semi maceración carbónica en una tina de maceración dándose la fermentación alcohólica de forma espontánea con las levaduras indígenas. Tras la FAL ha permanecido estabilizándose de forma natural 6 meses en un tanque de acero inoxidable. Pura fruta para conocer el carácter más puro y directo de esta variedad compleja y profunda con aromas a fruta negra madura, hierba de monte, tierra y trufa.
Calabretta Sicilia Nerello Mascalese Vigne Vecchie 2010 – 28,70 € – este elegante vino tinto se elaboró en el 2010 con un 97% de Nerello Mascalese y un 3% de Nerello Cappuccio procedentes de viejas vides centenarias de una parcela con muy bajos rendimientos por hectárea (35 hl) en a zona de Calderara. La uva se despalilló de forma parcial y el mosto estuvo 5 días macerando con las pieles en tanques de acero inoxidable. La fermentación alcohólica se dio con las levaduras indígenas. El vino robusto pero fino con taninos muy integrados ya que ha tenido una larga crianza de 7 años en grandes botti de roble eslavo y un año más en botellas, una crianza que se puede prolongar mucho más tiempo ya que tendrá una vida eterna en la botella aumentando cada día su complejidad. Con un perfil que muestra una gran estructura y una larga persistencia en boca, es un vino lleno de perfumes a fruta madura, flores silvestres y matorral mediterráneo, con notas especiadas, balsámicas y a turba que acompañan un carácter mineral y ahumado que lo hacen irresistible.
Calabretta Vino Rosso Piedefranco 2017 – 41,62 € – de esta cuvée elaboran cada año escasas botellas ya que está hecha con uvas excepcionales procedentes de cepas de pie franco sin injertar sobre un suelo de piedras y arenas de origen volcánico. La fermentación se realizó espontáneamente con las levaduras autóctonas y con una corta maceración de 5 días en las pieles. El vino es de perfil estructurado, compacto y austero, con aromas a frutos rojos, regaliz, canela y notas de sotobosque y matorral. El final de boca es largo y vital con una refrescante sensación salada y mineral.
Todos estos vinos también puedes encontrarlos en nuestra tienda de la calle Diputació, 251 08007 BCN, ven a vernos o nos llamas al T. 934874002